La ideología que impregna España desde hace cuatro décadas, sintetiza en «memoria» una Historia cuya grandeza muda se basa mas en lo que oculta que lo que muestra. En esta particular visión se ha tratado de aniquilar, hacer desaparecer, enterrar en el olvido a individuos que no están a juego con este oscuro mundo ideológico que nos cobija.
Uno de ellos es Don Rafael Gil, crítico y director de cine madrileño con una carrera desarrollada nada menos que durante cuatro décadas. Mas exactamente durante esa época llamada Franquismo, la del «páramo cultural», ya saben. El cine español, se nos cuenta a toda hora, no es nada hasta que llegó Almodóvar. Y si acaso, como predecesores, aparecen las 3 Bs de Buñuel-Berlanga y Bardem. Y nada mas.
Hemos mencionado grandes directores. Lo sé. Pero hay mas, muchos. Resulta que en ese «páramo» habían sujetos como Edgar Neville, Saenz de Heredia, y el hombre que mencionamos hoy (entre muchos otros).
Primer Premio del Festival de San Sebastián -cuando era un Festival de cine- con «La guerra de Dios», autor de «El clavo» -que acabamos de ver- artista que toca casi todos los géneros y es gran adaptador literario desde Mihura hasta… Vizcaíno Casas, con perdón, realizando la mejor versión de Don Quijote en pantalla grande. Coherente con su pensamiento no cambió de camisa como bien denuncia con comicidad en sus últimas películas (‘de camisa vieja a chaqueta nueva’…)
Nos lo presentan y explican en el Doré Luis Rubio Gil (Presidente de la Asociación de Amigos de Rafael Gil), Juan Manuel de Prada con un magnífico recorrido por la obra a cargo de Fernando Alonso Barahona. Desde una mesa que observa un auditorio mínimo -hay futbol, claro- y en el que un sujeto con gafas y pelo blanco a mi derecha hace aspavientos de fanático cuando habla Prada. En esa mesa a cuatro se van desglosando las claves de Gil, de su época y de su dirección y técnica que le harían merecedor de homenaje diario en cualquier país libre.
Es época de desenterrar tesoros, de valorar a los nuestros y se va haciendo poco a poco, en tardes de otoño en locales legendarios con la ayuda de cuatro fieles que todavía saben que hay vida mas allá de la tele balompédica.
Se apagan las luces y aparece Amparito Rivelles y Rafael Durán dando vida a un cuento de Pedro Antonio de Alarcón. Produce Cifesa, dirige Rafael Gil. Accion!!