Ayer noche llegó Septiembre a Castilla. Se apareció en una brisa fresca que hizo temblar mi habitación por un instante.
Llevábamos 3 días agonizando, agotada la esperanza, pensando en recibir al mes con fiesta en los salones –había llegado a casa solo para este evento – Sin embargo, tras el desconcierto inicial, descubrimos en las calles con pesar, que agosto continuaba presente y caníbal del nuevo mes tan secuestrado.
Salí el lunes por primera vez alegre para el encuentro – que para mí es más que un mes, un ciclo vital que quiebra el eternoretornismo – . Tras ir a misa con Arturo Fernández me arrastraba al anochecer, mirando al cielo, buscando señales de cambio, pero no encontré ninguna. Solo llegaba el mismo aire caliente, sabido y revuelto, vómito de ángeles caídos que retozaba entre mi caminar. El segundo día, el cielo se iluminaba de blanco intermitente, pidiendo ayuda desde el infinito en su angustia, pero sin resultado. En un sueño apareció un trueno onírico y me levanté corriendo gozoso anhelando el milagro…. pero todo estaba en mi ilusión.
Así, en esa angustia estuvimos hasta ayer cuando, caminando por el puente heroico y haciendo equilibrios en mitad del río para no caerme, tras un paseo provincial en la ciudad «encasetada» para las ferias, un frescor desde la orilla de la esperanza deslizaba Septiembre.
Se confirmó al llegar a la mansión con un golpe de la ventana.
Abrí la última botella de sidra para brindar por el final de otro Agosto y su enfermo aire artificial y recalentado que solo vale para ocultar mentiras bajo las alfombras. Entiendo el complot de prolongar Agosto hasta el infinito con su mentira de felicidad vacacional y maquillaje de crisis varias. Pero es inevitable, y necesario, que vuelva la verdad blanca y cruel de septiembre para resucitar en un temblor la realidad y rasgar cortinas con vocación de telón.
Cheers
Excelente retorno a septiembre.
Es el mes en que para muchos de nosotros sigue comenzando el año.
Con lo rebién que escribes, Almirante, me chirría el sentido en el que usas «eventos».