Nos arrastran la vida a invernaderos
desde un campo arrasado por astillas.
Un exiliado Sol, por las rejillas,
se eclipsa al son de crueles jardineros.
La Tierra, parcelada en mataderos,
esconde con buen celo a sus semillas
que en sus celdas, selladas de gravillas,
murmullan su pasión a los luceros:
“Que vuelva a amarse el sol con las raíces
y brote un manantial del arcaduz
para adornar el Cielo con tapices.”
(Ya se siente un temblor de rabia y luz,
tras las grietas de un alba sin barnices
en la siembra amparada por la cruz)
Magnìfico, Npvoa. Me ha gustado mucho.
Magnìfico, Novoa. Me ha gustado mucho.
Me parece tan hermosa como antes.
Magnífica oda.