Leo ahora que ha fallecido Bernabé Tierno. Apenas he llegado a palacio y voy a la biblioteca a desempolvar tres libros sobre los valores, leídos en mi época de Roma. En aquellos tiempos en que comenzaba el gran mercado de la inteligencia emocional, libros de auto ayuda y el enseñar-a-vivir. En este ámbito había diferentes clases: desde el sensacionalismo que llegaba de fuera basado en la ilusión de que usted-puede-conseguir-el-infinito, hasta una literatura mas sería que, desde la psicología, aportaba claves para entender la vida. Con Tierno, recuerdo a Enrique Rojas, psiquiatra de la voluntad, que con otro enfoque más de psiquiatra trataba el tema vital. Desde fuera el bestseller llegaba con la inteligencia emocional de Goleman que enlazaba aquí con José Antonio Marina con su teoría de la inteligencia creadora.
Tierno escribía fácil y con sentido común, algo que no es muy frecuente en un sector que tiende al exceso obviando los limites y creando falsas expectativas. Partía de los valores, el entusiasmo y el conocimiento de uno mismo. Yo tuve mi época, muy breve, pero me sirvió para lanzarme a la filosofía de los valores desde López Quintás a Nietzsche, y de ahí al estudio del cerebro. Considero que en una época tan borrosa como la actual, es importante tener unos referentes desde una psicología seria, sana y asequible. Temas como el fracaso escolar, la eficiencia de técnicas de estudio le hicieron popular y cercano por mediático. Fue un pionero en España en abrir las puertas de la psicología al mercado.
Bernabé Tierno gracias y DEP
A diferencia de su padre, que siempre me produjo repelús por su calculada lejanía de intelectual subido al Olimpo, a Bernabé lo encontré sensato, cercano, a pie de obra, preocupado por los problemas de la sociedad, tratando de ayudarla a superarlos.
Recuerdo sus tertulias an alguna emisora, con otro hombre sensato, EMHO, Nicolás Redondo Terreros, con el que creo que coincidía en alguna.