Se acabó un Noviembre inaugurado con «Halloween» y enterrado en patética semana a paladas «black friday» dejando un «monday» en pentatónica de un blues vacío y solitario. Se trasmuta así un mes dedicado a Santos convirtiéndonos en difuntos. Entre ambos lutos, este finde generó el inicio del Adviento, esa etapa de Espera-con-Esperanza donde seguimos resucitando, desde nuestra mortalidad, un parto Eternoretornista y cósmico con vocación de sublimarnos la vida.
En ese estado de ánimo nos arrasa un Diciembre iluminado. En La Meseta caen las nieblas infantes atascando el termómetro y aquí en LosMadriles se sostiene un clima auto generado con boina contaminante que nos aísla de realidades. Mes clave donde la Corte de los milagros se engalana para recibir a prohombres pegados en las paredes para que, antes de que llegue la lotería, se dicte sentencia nacional sobre el destino de la piel de toro.
Será el 20D, conmemorando el día de inicio de transición «de facto» desde el olvido de la voladura de Carrero, primer truco de la democracia de cartón piedra y goma dos. Fiesta de votos que habrá puesto punto final a un circo que comienza la semana del 6D, otra fecha símbolo del mito de la Constitución.
El personal mira los plasmas de la matrix ya agotado de mostrar siempre a los mismos decir lo mismo, dando lugar a encuestas de laboratorio agitadas para crear tendencias. Sabemos en todo caso que, pase lo que pase, será un antes y un después que cerrará un nuevo episodio nacional en esta mala novela. El 20D será la defunción oficial de esa palabra sacra llamada España y la consolidación del llamado Estado español. Estado que engullirá a España y que no será sino un artefacto inmanente tutelado por la ONU y sus ideologías, invadido de barbarie desde fuera y desde dentro, y totalmente asimétrico de libertades, derechos y obligaciones entre las partes del conjunto.
Hasta entonces quedan días que se pasarán volando o nevando que entre luces de neón carmena-carmesí y griterío de carteles que aúllan se nos hará olvidar lo importante: en este mes vuelve a nacer la Esperanza que nos sostiene el Alma en pie. Sólo recordando eso, nos impedirá vivir arrodillados deprimiéndonos como esclavos felices que, en ceguera asumida, no pueden aspirar a más.
Magnífico escrito, que me lleva a meditar sobre asuntos importantes, aunque algo aparcados.
Como siempre, un placer su lectura.