Mi abuelo fue Vieja Guardia,
neto, mahón, mesetario
como la camisa azul
que conservo en el armario.
De caminos a colegios
juramos bandera al paso
en Palacios muy Reales,
hoy cuarteles de desahucio.
Sí, mi abuelo hizo la guerra,
esa que os cunde tanto
que él nunca mencionó
pues era mejor dejarlo.
“Mejor mirar adelante”
sin rencor a tanto bárbaro
con coartada tricolor
depredador de un Estado.
Si la defensa es vital,
su Victoria no es pecado,
pero un dolor conjunto
merece ser superado.
Igual que cuando mindundis,
con aspiración de cargos,
escalan enredaderas
de mandrágoras con fango
reclamando frutos rojos
que nos arrojan sobrados,
todos ellos, niños peras,
“gaviotos”, rosas, morados…
Y yo les rezo paciente
desde mi azul mesetario
desde mi Rosario exacto
desde mis luceros patrios
queriendo ser Vieja Guardia
como reflejan mis astros,
que a la eternidad se llega
desde un amor reaccionario.
Hermoso y verdadero es. Y necesario es decirlo.