Día de sprint final en re-vuelta de re-elecciones desde un bochorno que-ya-duele y sin tormentas a la vista. Ni siquiera amagos de gota en espera del temido 40 de mayo, fecha de inicio de verano. Un sprint que se ha ido calentando con legislaturas de perjuros, estadísticas hastiadas con sospechas de algoritmos y desglose habitual de opiniones interesadas.
Como la supuesta recuperación del PP que, tras la riña de sus prebostes a los que «no sabemos votar», así como ausencia de autocrítica, no les queda más que maquillar desde abajo su caída al vacío. O la del cambio de las alcaldías experimentales «del cambio» que sufrimos y sufriremos durante mucho tiempo. O la de la supuesta hecatombe de VOX, el gran vencedor de la derecha el 28A con una hombrada histórica pero sin crédito por el shock de la victoria del frente popular.
Aparte del circo parlamentario que nos espera, el próximo domingo se van a confirmar muchas cosas para los próximos 4 años. Y lo vamos a ver desde un marco que va desde el voto a la persona en municipio, en autonómicas al partido y en Europeas a la estructura. De las tres, la primera me parece la más interesante, sobre todo porque supone que acerca más al mito de una democracia por el factor cercanía y personal. Un sujeto cuyo carisma y gestión fiable le puede hacer desafiar a estadísticas macro de un partido al cual sería impensable votar en otra circunstancia. Esto sucede sobre todo en muchas poblaciones pequeñas, pues se supone una libertad de gestión cuyo amor a su pueblo desafía a estructuras y aparatos que se pierden en laberintos de poder.
El problema es que los escándalos, traiciones y la falta de vergüenza de las cúpulas, tienen una repercusión muy difícil de evitar aquí a pie de tierra. Sin duda es el caso sangrante del PP cuya sucesiva decadencia y posible disolución va a afectar a grandes tipos que no podrán escapar de las cloacas de un techo cuyas goteras hacen tambalear todo un edificio. Pero también puede suceder lo contrario: unos aspirantes a alcaldes cuyo uso de la gestión municipal no es más que plataforma trepa que, a la voz de su amo, ignoran los problemas de su tierra para alcanzar un presunto cielo. Es el caso de nuestra Salamanca, cuyo candidato socialista ha sido el único en apoyar el expolio del archivo de Salamanca negándose a firmar el manifiesto de la única Asociación que lo defiende y que, denunciándolo, pide cumplir la ley y sus sentencias. Caso muy triste que llama al enfado y califica como político y persona a un hombre.
Espero, en todo caso que se tomen nota de estos detallitos a la hora de ejercer su voto y voten en conciencia, única conquista y valor de las últimas elecciones. Cuatro años dan para mucho y de custodiar la memoria de un país a vegetar en su amnesia, no hay más que un paso.