En la víspera del Homenaje trampa a las víctimas del terrorismo pasó esto.
Esta noche la televisión pública española, la mejor televisión de España durante muchos años por diferentes razones, entrevistó a Arnaldo Otegi. Hay un cierto malestar en determinadas áreas, un apoyo en otras y un bostezo e indiferencia general en las más amplias. De entre las del malestar, unos juegan al escondite diciendo «yo no lo veo», y otros viéndolo tragan bilis e intentamos denunciar cómo se ha llegado hasta aquí.
Otegi es terrorista, jefe de ETA y político español; TVE es, como ha sido siempre,el órgano de propaganda del partido en el gobierno de turno. Otegi, aparte del Cv anterior preside un partido político legal que, aspirando a la ruptura del orden constitucional, a la de su supuesta convivencia y partidario de la justificación de una violencia calificada con características de «lesa humanidad», – por dirigirse al exterminio de un grupo humano: los españoles por el mero hecho de serlo – va a ser clave en la investidura del nuevo presidente del gobierno. La tele es mero órgano e instrumento que, en el fondo y forma, constituye el mensaje en sí misma.
Factores estos para ponernos en situación que, aunque se obvien, disimulen o maquillen, nos parecen obvios y que en su fusión se hermanan desde la famosa coartada-bisagra de la «legalidad». Sí, el Estado considera que ambos entes son legales, legítimos y bendecidos.
Entonces, una vez más: ¿Por qué no se puede entrevistar a Otegi en la TVE si es legítimo representante de un partido, legítimamente constituido en el legítimo estado español por una tele de legítimo servicio público? Sí dicho legítimo sistema político acepta a alguien así sin problemas y sin arrepentimiento alguno que encabeza un partido que oponiéndose al juego, es aceptado por un sistema que, insisto, no sólo no tiene problemas con sus ideas sino que incluso su rama legal, avala una forma de jurar abiertamente en su contra… en fin, si el sistema acepta,todo esto sin ningún tipo de problema, repito de nuevo ¿Por qué no se puede entrevistar a Otegi, ¿coño?
Resulta ciertamente hipócrita ver ciertos comentarios de gente que, oponiéndose a esta entrevista, avala del mismo modo un sistema político, como es el que actualmente deforma al Estado Español, creado en laboratorios desde arriba y cuyas fuentes base intelectuales caen por aquí abajo con eufemismos consoladores cómo «legitimidad». Sistema que se basa en autocontradicciones o farsas intelectuales como aquella frases colorin tipo: «me repugna lo que piensa pero daría la vida porque pudiera defenderlo» o sujetos que clamaban en los 70 cosas como «hay que legalizar todo lo que esté en la calle». ¿Les suena no? Hemos estado décadas con estos aforismos que hacen de la ignorancia, democracia al modo de una democracia es un «plebiscito cotidiano». ¿Y nos parecía guay, ¿no? Y lo cantábamos con tonos de » libertad, libertad» mientras caían españoles con tiros en la nuca, en las clínicas abortivas o con la entrada de la droga.
Pues eso, chiquis, pues eso es el tema. Y ahora, cuando el jueguecito se desarrolla en toda su verdad, amplitud y coherencia con Otegis, Rufianes y toda una peña meando en nuestra cara que, viviendo del Estado juega a su destrucción y pueden asumir el «derecho a causar un daño», calculado según su criterio, claro.. pues no queda más que aguantarse.
Porque el tema no es la tele, no, qué va, ni Otegi, ni partidos, ni metralletas, ni pactos ni leches. El tema es que, aparentemente el personal ignora o no quiere ni saber lo que es «el estado español» creado a partir de la supuesta «democracia». ¿Qué pasa? ¿Hay miedo para decirlo? ¿Nos asustamos? ¿Me he pasado un pelo? ¿O tenemos que seguir haciendo el juego al juego desde esa mezcla de indignación dandi del que no es capaz de gritar que estamos viviendo en una puta farsa?
Pues ahora, a joderse.