«En tiempos pasados la humanidad estaba siempre en busca de dioses a quienes adorar; en el futuro vamos a tener que defendemos de los dioses» – Salvador Freixedo
Se ha muerto el señor Freixedo, Padre Salvador, dualidad de roles eternos con carácter impreso. Jesuita invitado a irse de la Orden por Arrupe y escritor expulsado por Batista, en dos ámbitos totalitarios de distinto orden. Se destila así una biografía que salta de la tierra al cielo, brotando en Carballino para explorar otras dimensiones multidimensionales. En ese apasionante recorrido nos deja, en todo caso, el testimonio de casi un siglo de vida bien vivida.
Una biografía que nos hace homenajear con cariño desde un primer dogma de respeto: el haber sido capaz de salirse del guión de una rutina desengañada para irse hacia la búsqueda vocacional tan incómoda como coherente. Honestidad de salirse de un sistema el que no cree para quedarse a la intemperie de un mundo cada vez más raro. Si otros colegas hubieran hecho lo mismo nos hubiéramos quedado sin clero y mejor nos hubiera ido a los católicos, pues el enemigo de frente se hace más querido y respetado que el amigo falso que va de camarada.
Yo conocí de oídas a Freixedo allá en los 70 del XX, desde tertulias de mi padre con otro Padre: Antonio Felices, dominico con hábito amplio y voz pausada. Eran años donde el tema OVNI estaba en moda; había un ambiente de gente muy entendida que llegaban desde diferentes ámbitos y creencias. En casa la biblioteca ocupaba un área protagonista y se compraban revistas especializadas como la histórica ‘Mundo desconocido’. Ayudó que como siempre he estado cerca de los jesuitas y demás órdenes tan intelectuales como interesantes, uno tenía acceso a mucha información de esta guisa que giraba entre la trascendencia inmanente y la inmanencia sublimada.
Tengo que decir, desde mi punto de vista, que de los temas que menos me interesan de la realidad es el tema OVNI. Cuando pienso en ello, concluyó que se debe a carencias personales. La simple idea de que existan marcianos me parece un incordio que me rompería cualquier tipo de hipótesis filosófica. Bastante compleja es la vida con sus hipótesis de esencia, existencia, familia, patria, mujeres, vermuts de fiesta, salvación del alma… como para complicarlo con variables de «vida extraterrestre». Dicha variable rompería de cuajo toda una cosmovisión humana forjada en siglos y que dicha vida -si existiera- no creo que fuera alcanzable según nuestra percepción del espacio y tiempo. Decir esto me ha llevado a amplias horas de conversación con mi padre, firmemente creyente en la vida planetaria.
En todo caso, los Freixedo, Jiménez del Oso,Antonio Felices son como de la familia aunque no estemos de acuerdo. Incluiría a JJ Benítez pero el tema del Caballo de Troya nunca me convenció porque ese libro va más de JJ que de Jesús y eso es literatura introspectiva con coartada científica. Mi unión con Freixedo no es ni intelectual ni científica, sino algo más importante: biográfica y ejemplar. Ser capaz de renunciar a una vida hecha y cómoda desde la sospecha de que la conciencia no acepta una verdad preestablecida, me parece un gran mérito. Un ejercicio de coherencia.
En todo caso valoro su pensamiento de la «granja humana» y la consideración de la manipulación del hombre por inteligencias que usan conceptos «divinos» en su propio interés. Me falta mucha información para ni siquiera discutirlo, pero «académicamente» desde luego merece un pensamiento. Desde luego más que la dictadura positivista de la comunidad científica o del ahora, mercado interreligioso que crea una especie de ONU sin fe. Entre ambos ámbitos seguiré viendo con curiosidad la variable OVNI y sus implicaciones desde una mente que ha aportado mucho.
Salvador Freixedo DEP