Llegó el día, aniversario itinerante de mi ópera prima cuyo tiempo está marcado por la luna de primavera.
La Pasión está esperando a Porta Gayola y pocas vísperas son tan vividas por mí como este fin de Cuaresma. Ni Navidad, ya tan devaluada de todo sentido. Nos queda la Pascua como último bastión de una etapa que, desde el corazón al Cielo, nos permite Vivir.
Quizá por eso escribí Pasión, por la perduración de una memoria que quiere ser Memorial. Escribir es vivir dos veces, como mínimo, y la alegría casi eufórica con que la escribí, es inversamente proporcional a la tragedia que se narra. Me volqué en sus páginas haciendo como un ensayo novelado que no es más que un corpus de ideas. Identificándome con todas los temas que allí sé narran hice una catarsis con un alter ego, al que tuve el honor de poner voz como si fuera un actor al que, espero, no viene totalmente grande el papel.
El temor primero fue el que no fuera creíble la historia y que se viese la mala leche que hay dentro. Sin embargo surgió pronto la primera alegría: al dárselo a miembros de familia no nuclear (los de fuera), preguntaron a mi madre con gran angustia y por teléfono si el protagonista era yo. Gran triunfo por la labor literaria, aunque me temo, obviaron en verdad «de qué iba el libro». No pasa nada, pues los allegados, familiares cercanos y demás daños colaterales de la biografía, están para eso: comprar el libro.
Así las mayores alegrías de Pasión han sido de gente que no conozco, ni conoceré seguramente. Se llaman «Público» y cuesta muchísimo llegar a que lo lean. Sobre todo en este tipo de editoriales sin marketing y, sobre todo en un tema místico-filosófico que, me hago cargo, no interesa a nadie. Gracias siempre a ellos: los que tienen coraje en comprar un texto de un autor desconocido y tienen la valentía articulada de decir lo que piensan. Bien o mal.
Yo estoy más que feliz, que un libro literalmente arrancado de las tripas, haya tenido aceptación es un reconocimiento íntimo a los míos. Presentes y Ausentes.
Ese es el sentido último de mi obra. Gracias.