La semana nos ha propiciado un nuevo episodio surrealista en esta tierra, ya de por sí cada vez más ida. La estrella de turno, televisiva y lenguaraz, desvela otro episodio puritano con la crítica a la canción de Hombres G «sufre mamón «. Y nos lo dice repelente y sabionda, con la autosuficiencia que da el apoyo de un discurso orgánico con el que un Estado que premia a sus chicos aplicados.
No es nuevo, claro. La censura retroactiva que empieza con la aberración de una historia memorizado por decreto, provoca sus efectos colaterales que del bochorno hace el ridículo.
El puritanismo es como el liberalismo, progresismo, y absolutamente cualquier «ismo», palabra que mata a un prefijo moldeando a una mente retardada que maneja un discurso que le viene grande. El puritanismo así adopta una supuesta «pureza» que hacen puta para su propio interés. Se les engola así la voz de una supuesta dignidad de principios para desplegar un discurso hipócrita, cuando menos. Son los paladines de una Moral tipo soviet, para masas sin sentido.
En aras de la dignidad se trata de eliminar lo que no encaja con el discurso dominante.
«Ayatola no me toques la pirola», «La mataré», Inhumanos, más de la mitad del flamenco, casi toda la movida y pop hispano hacia atrás, todo el blues -si entiendieran inglés- el reggaeton – música, por cierto, que desprecio por la apología de la violacion pero que en ningún caso prohibiría- y un punk reaccionario y blasfemos…en fin sería prohibido porque una fracasada sabionda la da por menstruar oralmente en la tele.( Oh lo siento)
O hay libertad, o no. Si no te gusta, te jodes y eliges otro canal y amigos. Como hago yo con el apagón con el que tengo a mis compatriotas. Es una cuestión de educación al fin y al cabo y de asumir que «Ellos dicen mierda, nosotros decimos amén»
La polla records.
Puagh