“That’s the kiss-ass generation we’re in right now. We’re really in a pussy generation. Everybody’s walking on eggshells. We see people accusing people of being racist and all kinds of stuff. When I grew up, those things weren’t called racist. And then when I did Gran Torino, even my associate said, «This is a really good script, but it’s politically incorrect.» And I said, «Good. Let me read it tonight.» The next morning, I came in and I threw it on his desk and I said, «We’re starting this immediately.»
http://www.esquire.com/entertainment/a46893/double-trouble-clint-and-scott-eastwood/
Tuvo que aparecer Clint Eastwood para definir toda una generación. Y lo hace en dos conceptos: pussy y Kiss-ass, ambas para definir esa dictadura global llamada “lo políticamente correcto”.
Parece mentira que esta buena nueva llegue del mundo del cine, bunker ideológico del sistema, depósito de fe moderna, salvaguarda estético del vacío dogmático en que no encontramos. Pero Clint aparece con su hijo en dueto para soltarlo, como si no quiere la cosa. Soltar la verdad que todo el mundo sabe y calla.
En estos tiempos donde el macho se depila y la hembra reivindica el sobaquillo salvaje, se agradece eso tan perdido y necesario como es la masculinidad. Valor enterrado y cuya reivindicación hace aletear de indignación a los diferentes géneros. Eastwood dibuja esa valor en su obra y lo aplica en la realidad denunciando a su manera a la corrección política, esa una censura implacable que origina un embudo donde desencadenar cualquier pensamiento hacia la ideología oficial.
Un hombre, por fin, ha venido a denunciarlo, aunque sea tímidamente, desde la cuna del lamentable imperio americano. Se dirá, para criticarle, que apoya a Trump, lo cual no dice en la entrevista – aunque tenga todo el derecho – y seguro que tendrá problemas con el establishment de Hollywood e industrias anexas. No importa, Mr Eastwood una vez más ha cumplido.
Thanks, mate.
http://www.madridcode.com/2016/08/10/clint-la-pussy-generation/