De extrema gravedad puede calificarse la actitud de las fuerzas de seguridad del Estado en Ferraz, si no fuera… porque ya lo sabíamos. Los funcionarios estatales, tan extremadamente delicados, higiénicos y obedientes para consentir diversas manifestaciones de tinte político, se comportaron ayer con una violencia desconocida ante un grupo de españoles que se niegan a que les roben su patria.
Los uniformados, tantas veces humillados por la clase política y a los que se ha negado incluso su defensa en manifestaciones de los últimos años, desde las fronteras hasta las plazas, ayer se les dió licencia para «dejar hacer». Con actitudes de antiguas policías motorizadas, gestos chulescos de Torrentes, fueron protagonistas ayer noche ante unas clases populares EGB, pero sin máster en «violencia urbana».
Del gris al azul, es un arcoiris bicolor que mimetiza el daltónico Régimen de turno; firmamento de Poder selectivo que, como un dios macarra, indica a quién se puede zurrar y a quien no. Os han convertido en lacayos sin más criterio que la obediencia de órdenes dictadas por unos sinvergüenzas a cambio de monedas y ascensos a dedo. Hemos visto en los últimos años, muchas humillaciones a una Patria y a un Cuerpo de seguridad a los que se «educaba» para no defenderse. Lo aceptaron ambos.
Pero ya no, por lo menos uno. Es tiempo de despertar y ver que el enemigo no está en frente, ni mucho menos. Sabemos que hoy no habrá documentales de abuso policial, ni denuncias de forma, ni de armas inapropiadas, ni siquiera protestas. Contra «estos fachas», vía libre, se os dice. Por favor, ¡Despierten! y vean la esquina de la calle dónde está el problema. Que no está en frente y ya está muy usado la excusa de «nosotros obedecíamos órdenes».
¡Vergüenza!